Bueno y ya estando ahí que más toca, hacerte el de las gafas y mirar pal cielo, o pal cerro que tiene un paisaje agradable y pasar por alto esas cosas y no dejar que te afecten, disfrutar el momento, pero imagínate que si entras al agua y miras hacia los lados, te vas a recordar aquella tra cómica del tiempo "donde está Javier " que vaina más parecida, por no decir que ha sido la inspiración ( claro está proyectada, porque cuando se inventaron esto, el Rodadero era un paraíso).
La verdad es que toca adaptarse al ambiente, o irse, pero ya estábamos metidos y ajá quedémonos y tengamos la experiencia, para notar el cambio tan brusco de este destino turístico, que ya no es nada apetecible para los que hace más de 15 años lo disfrutamos.
Por otra parte, toda esa gente que formaba parte de los habitantes del Rodadero decidieron emigrar buscando un mejor lugar para vivir y no estar en medio de una constante parranda, que los cristianos que viven en este sitio, les toca aguantar por la juergas que arman los visitantes, en su mayoría del interior del país, ( nojoda y después los corronchos venimos siendo nosotros).
Así que gente, la próxima vez será, para un buen almuerzo donde Chucho ( restaurante típico ) o para de paso un café en Juan Valdez.
Ahora entiendo porque mija gente que conozco vienen es a el sitio llamado Pozos colorados ( un poco antes del Rodadero ) o a otros sitios más privados, para no contaminar visual y auditivamente nuestro cerebro.
Un abrazo y busquemos un nuevo destino.